En 2020 comienzan a apuntarse otras ciudades que, siguiendo el liderazgo de Valencia, registran por primera vez el impacto medioambiental de su sector turístico. Este registro se realiza midiendo diferentes elementos del sector turístico que tienen un impacto determinado como fuentes de emisión del carbono, y que pasan a inscribirse en el Registro de Huella de Carbono que otorga un sello CO2. Según este, se determina que una ciudad ha rebajado lo suficiente sus emisiones de carbono y es merecedora de la acreditación correspondiente.
El año pasado la ciudad de Benidorm pasó a formar parte de una selección de ciudades que alcanzan las disposiciones europeas en materia de huella de carbono, por lo que no tardó en desarrollar posteriormente un Plan de Acción sobre el Clima y las Energías Sostenibles (denominado PACES).
Este plan determinó finalmente que el total de 475.000 toneladas de emisión de carbono que se habían registrado en el año previo, pasaban ahora a reducirse hasta 360.000 toneladas.
Entre las razones principales para esta reducción, se resalta el paso al gas natural como fuente principal de gases, así como medidas destinadas a fomentar el uso de medios de transporte no contaminantes, o la reducción de los límites de velocidad en zonas urbanas.
Las políticas destinadas a la reducción de emisiones han conseguido también reducir hasta un 40% el gasto en electricidad, combinada con la compra de energía renovable para las infraestructuras públicas en edificios municipales. Otras medidas incluyen el fomento de los vehículos híbridos y eléctricos en todos los vehículos del ayuntamiento.
Por si no fuera poco, el ayuntamiento de Benidorm ha declarado su intención de reducir el impacto medioambiental todavía un 20% de aquí al 2030. El conjunto de las medidas adoptadas con los resultados obtenidos ha sido el que ha llevado a la ciudad a ganar el sello de CO2, que demuestra la gran gestión en materia de sostenibilidad que está desarrollando la misma. El PACES estipulado por el ayuntamiento de Benidorm se une a los objetivos establecidos para el desarrollo sostenible por la ONU y pone la mira en un futuro todavía más verde.
Desde 2014 a diciembre de 2020, el Registro de Benidorm ha recibido más de 3.600 solicitudes de inscripción de empresas, administraciones y organizaciones de todo tipo que han reducido y compensado sus emisiones y quieren conseguir el sello de carbono correspondiente a sus esfuerzos. Estas huellas de carbono deberán ir adjuntadas a un plan de reducción de la emisión en el futuro y son comprobadas con anterioridad a formar parte del registro.