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Contempladas la delimitaciones y las ordenanzas correspondientes

Lo tiene todo preparado y llegará a tiempo. Alcobendas tiene todo listo para que comience a funcionar, en 2023, su «ZBE» o «Zona de Bajas Emisiones‘. El 1 de enero la ciudad empezará a ser más sostenible medioambientalmente, a fomentar más la movilidad peatonal y ser más amable para la ciudadanía. Cumplirá así con la Ley de Cambio Climático, impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En la norma se dispone que los municipios de más de 50.000 habitantes deberán establecer zonas de bajas emisiones antes de 2023. Se circunscriben a una área dentro de la ciudad y permiten la entrada a los vehículos que cumplen con los mejores estándares de emisiones. Contribuyen a la mejora de la salud de los ciudadanos, a mitigar el cambio climático y la contaminación acústica.

Para minimizar la contaminación ambiental, además de implantar las zonas de bajas emisiones, se debe fomentar la disminución del uso del vehículo privado. Además, es importante lograr mejoras de calidad de los espacios urbanos y accesos peatonales, una infraestructura ciclista y mejoras sustanciales en el transporte público.

Distrito Centro

La “Zona de Bajas Emisiones” de Alcobendas se iniciará en la parte más histórica del Distrito Centro, y se irá ampliando a otros puntos. La zona tendrá una superficie de 15,7 hectáreas y un perímetro de 1,8. Incluye una treintena de calles. Se estima que el 31 de diciembre de 2022 la zona cuente con la señalización adecuada para que comience a funcionar al día siguiente. Habrá un periodo de moratoria para facilitar la adaptación a este nuevo entorno.

La Ordenanza de Movilidad del Ayuntamiento de Alcobendas ha sido sometida a consulta pública en 2021 y actualmente se encuentra en fase de aprobación. La nueva normativa municipal, alineada con los objetivos del Plan Integral de Movilidad de Alcobendas (PIMA), pretende incrementar la seguridad vial, armonizar la convivencia ordenada y respetuosa entre los distintos modos de transporte, la protección de la salud de las personas a través de la mejora de la calidad del aire, así como el fomento de la sostenibilidad medioambiental.

La circulación de vehículos y el estacionamiento de estos en superficie estará regulado en las calles situadas en el interior del perímetro del área. Lo hará de acuerdo con su potencial contaminante y la función y necesidad de acceso de dichos vehículos a la ZBE.

En general, se permite la libre circulación en todas las calles del perímetro de la ZBE, sin restricción alguna, para los vehículos de residentes. Por el contrario no se permite el acceso de vehículos al interior del área ZBE exclusivamente para atravesar ésta. Siempre que los vehículos tengan distintivo ambiental, podrán acceder únicamente para estacionar en un aparcamiento público o privado, o reserva de estacionamiento en el interior. No obstante, se contempla que algunos vehículos queden exentos de las restricciones impuestas. Será en función de la actividad a prestar dentro del área delimitada.

Control y sanciones

Se han identificado tanto los accesos como las salidas del área, que deberán dotarse de señalización y sistemas de control de accesos. La preseñalización se utilizará para advertir a los vehículos con antelación de que se encuentran en un entorno cercano a la zona de bajas emisiones. El control de accesos de vehículos se realizará por agentes de la autoridad, o mediante la captación de imágenes por cámaras instaladas. El “acceso no permitido” a la ZBE se sancionará de acuerdo con una infracción de tipo leve, con imposición de multa de hasta 100 euros.

Dentro de la ZBE sólo hay aparcamientos para residentes, por lo que los vehículos no autorizados deberán estacionar en algún aparcamiento público cercano o en la vía pública fuera del area. Existe un aparcamiento público muy próximo a la ZBE, que funcionará como aparcamiento disuasorio y que tiene un total de 664 plazas.